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La reforma constitucional, paralizada por la oposición tras el estallido del escándalo Benalla, será retomada por la Asamblea Nacional francesa “a principios de enero”, anunció el jueves el presidente Emmanuel Macron en un discurso ante el Consejo Constitucional, órgano que controla la constitucionalidad de las leyes del país.

“Sé que el Gobierno, a través del diálogo con la Asamblea Nacional y el Senado, encontrará la manera de hacer avanzar inteligentemente esta reforma”, añadió el jefe de Estado francés coincidiendo con la celebración del 60 aniversario de la Constitución de 1958. Durante el día, Macron se desplazó a Colombey-les-Deux-Eglises para depositar una corona de flores sobre la tumba del general Charles de Gaulle, padre fundador de la V República.

Durante su visita a este pequeño pueblo del Alto Marne, Macron defendió la Constitución de 1958. “Fue concebida como una forma de sincretismo de nuestra historia constitucional e institucional”, dijo el presidente francés.

Macron considera que la Constitución de la V República “permite evitar la tiranía de la inmediatez”. “Si miramos todas las vicisitudes de la vida diaria, los sondeos, etc, no avanzamos, no hacemos nada”, advirtió el mandatario galo en el pueblo donde está enterrado De Gaulle.

Por la tarde, el presidente, que se encuentra en uno de los momentos más bajo de popularidad desde que llegó al Palacio del Elíseo en mayo de 2017, pronunció un discurso ante el Consejo Constitucional, donde evocó la necesidad de reformar el texto para adaptarlo a los tiempos actuales.

“Nuestra responsabilidad no es meter nuestra constitución bajo una campana de cristal, sino de conservar su impulso original”, aseguró Macron. “Nuestra Constitución tiene 60 años. Fue creada en 1958 para responder a los desafíos de un mundo cambiante. Nos ofrece una estabilidad preciosa que debemos mantener y reforzar”, añadió el mandatario.

Los debates parlamentarios que debían culminar con una reforma de la Constitución quedaron aplazados a finales de julio tras el estallido del escándalo Benalla, que lleva el nombre de Alexandre Benalla, el polémico ex colaborador de Macron imputado por hacerse pasar por un policía y agredir a varios manifestantes durante las protestas del 1 de mayo en París.

Macron propone reformar la Constitución de 1958 para reducir el número de diputados y senadores y limitar su mandato, así como introducir una dosis de proporcionalidad en la Asamblea con el fin de que “refleje mejor las sensibilidades políticas de la nación”. El sistema mayoritario actual a dos vueltas premia a los partidos vencedores y castiga a los derrotados, lo que hace que, por ejemplo, el Frente Nacional (ahora llamado Reagrupación Nacional), segundo partido más votado, apenas tenga representación parlamentaria.

La reforma también pretende acabar con la presencia de ex presidentes en el Consejo Constitucional y abolir el Tribunal de Justicia de la República, un tribunal especial que juzga a miembros del gobierno por delitos cometidos mientras están en funciones.

Si todo sale según el calendario previsto, la reforma constitucional debería ser adoptada de forma definitiva en 2019, bien por mayoría cualificada (tres quintas partes de los diputados y senadores) o bien por referéndum.

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