Sao Paulo, 8 abr (EFE).- Los socialistas brasileños ofrecieron este viernes al liberal Geraldo Alckmin como compañero de Luiz Inácio Lula da Silva para las elecciones presidenciales del próximo octubre, lo que supone el primer paso para la constitución de una fórmula entre dos históricos adversarios.
Lula y Alckmin, que llegaron a enfrentarse en las elecciones de 2006, cuando venció el exsindicalista, se reunieron hoy en un hotel de Sao Paulo para definir los pilares de la fórmula presidencial de cara a los comicios de octubre, en los que el antiguo líder sindical parte como favorito frente al actual presidente, Jair Bolsonaro.
No obstante, la unión entre Lula y Alckmin todavía debe ser sacramentada por el Partido de los Trabajadores (PT), en cuyo seno han surgido divergencias debido a la oposición a dicha alianza por parte del ala más izquierdista de la formación.
Ello porque Alckmin ha sido uno de los mayores adversarios de Lula, de quien se diferencia en su visión económica y también en su absoluta falta de carisma, que le ha valido el apodo de “helado de chuchú”, un insípido fruto tropical conocido en algunos países de América Latina como chayota.
Alckmin, quien este año pasó a engrosar las filas del Partido Socialista Brasileño (PSB), fue durante años uno de los principales líderes del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que apoyó el juicio político con fines de destitución de la expresidenta Dilma Rousseff.
No obstante, Lula, quien sigue manejando prácticamente todos los hilos del partido, dio por sentado que la fórmula será aprobada por la directiva del PT.
“Tengo seguridad que el Partido de los Trabajadores aprobará su nombre como candidato a la vicepresidencia”, afirmó Lula (2003-2010) durante la reunión con Alckmin, quien fue gobernador del estado de Sao Paulo, el mayor colegio electoral del país y donde mantiene una gran influencia.
“Alckmin -agregó- usted será recibido como viejo compañero dentro de nuestro querido Partido de los Trabajadores”.
El antiguo líder sindical resaltó la experiencia de ambos políticos para “reconstruir el país” y resaltó la necesidad de “conversar con toda la sociedad brasileña” en caso de vencer los comicios de octubre.
En su unión con Alckmin, Lula busca conquistar los electores de centro, en momentos en los que los políticos de la llamada “tercera vía” no acaban de cuajar en las encuestas de intención de voto.
