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Washington, 3 ago (EFE).- Acalorada, Mary se detiene a observar las carpas, antenas y luces que rodean la corte federal del Distrito de Columbia. “¿Y aquí qué está pasando?”, pregunta en voz alta, a lo que un camarógrafo responde sin levantar la mirada del celular: aquí “imputan a Trump”.

Es la primera vez que Mary (quien pidió ocultar su nombre real) y su familia visitan Washington, desde su natal Arkansas. Como cientos de turistas cada verano, ha caminado durante horas bajo el sol y la humedad de la capital, valiéndose de un gorro pescador y una botella de agua.

Este año, además de la Casa Blanca y el monumento a Washington, los visitantes también se encontraron, por sorpresa, con la preparación mediática y de seguridad ante la llegada del expresidente Donald Trump (2017-2021), para la lectura de cargos por su segunda imputación a nivel federal.

“Para mí, todo esto es una caza de brujas”, dice la mujer de 60 años. Su hija, Lauren, se ríe y su nieto mueve la mano derecha, en un gesto indicando que ya la ha oído demasiadas veces.

Trump es acusado por la Justicia de presuntamente haber intentado revertir los resultados de las elecciones de 2020 y alentado a sus seguidores a irrumpir en el Capitolio durante una sesión para certificar los comicios.

Mary, sin embargo, dice creer que el ataque al edificio fue llevado a cabo por el movimiento anarquista ANTIFA, una teoría de la conspiración que sostienen los seguidores del exmandatario.

También señala que, aunque Trump sea condenado por la corte federal, ella votaría por él de nuevo. “Es el mejor presidente que hemos tenido”, señala.

Lauren la interrumpe: “En esto estamos divididas”, acota, “yo voté por Trump, pero creo que ya deberíamos encontrar a alguien más; él convirtió a este país, una gran nación, en un hazmerreír”.

Tres kilómetros al sur del tribunal, frente a la Casa Blanca, decenas de turistas, extranjeros y estadounidenses, intentan tomarse fotos frente a la residencia presidencial.

El sol no da tregua, y un vendedor ambulante ofrece botellas de agua, que saca de una descolorida hielera azul.

Marc y Anna se detienen junto a sus dos hijos a tomar un poco de aire y observan a una mujer que ondea un pedazo de tela con las palabras “TRUMP POR FIN ARRESTADO” escritas con pintura rosa.

“Todo esto es falso, es una cortina de humo para encubrir todos los crímenes que Biden ha cometido”, asegura Marc, que vino con su familia de Colorado a Washington por segunda vez.

“Si lo condenan, eso solo lo va a hacer más popular”, sentencia.

Su esposa, de profundos ojos azules a juego con su camisa, aprieta los dientes. “Yo tengo una opinión distinta”, dice entre risas nerviosas.

“Yo no votaría por él. Creo que un presidente debe ser un ser humano respetable, alguien que acerque a las personas y que sirva de ejemplo para los jóvenes”, dijo Anna.

También frente a la residencia de Joe Biden, Tyrone revisa una aplicación de GPS en el celular para ubicarse en la ciudad, mucho más pequeña que su natal Houston.

Por la cara le caen gruesas gotas de sudor pero sus hijos, vestidos los dos con bermudas blancas, no dan señales de estar cansados aún.

“Yo sí pienso que es un poco raro que lo hayan imputado justo ahora, es obvio que no quieren que sea presidente otra vez”, recalca, mientras mueve su camisa para dejar que corra el aire.

Tyrone se define a sí mismo como independiente, ni demócrata ni republicano, y asegura haber votado por uno de los pocos “terceros partidos”, como se les llama a las opciones políticas fuera de las dos principales formaciones en EE. UU..

“Yo espero que a todos los políticos los imputen por las cosas que hacen mal, en vez de estar tan centrados solo en Trump. Si vamos a hablar de él, hablemos de Biden también”, agregó.

Tyronne y sus hijos se alejan y se pierden entre la multitud, una mezcla de turistas y residentes que salen de sus trabajos. En la Casa Blanca, a sus espaldas, no está el presidente. Biden también está de vacaciones, y hoy su principal rival en las elecciones de 2024 volverá a la ciudad desde donde gobernó para ser imputado.

Alejandra Arredondo

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