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El caso de la Itzamara, la beba colombiana que nació en Barranquilla con un feto de su hermano gemelo no desarrollado en su vientre generó curiosidad. No hay casos registrados en los que haya ocurrido al similar.

La pequeña nació por cesárea y luego debió ser intervenida para extraerle a su gemelo, que no tenía corazón ni cerebro, aunque sí había desarrollado extremidades. Los médicos habían detectado el problema durante el embarazo y decidieron practicar la cesárea porque corría riesgo la vida de la niña.

El doctor Sergio Pasqualini, director científico de Halitus Instituto Médico explica que el bebé sale de lo que es la masa celular interna. El embrión va multiplicando sus células y después se empiezan a diferenciar los distintos sistemas y órganos.

Si el embrión se divide son gemelos. A veces pasa que el embrión se divide y nacen dos gemelos. Si esa división se produce en estadíos más avanzados pueden formarse siameses, cuando los embriones no se separan completamente. También puede ser que ocurra algo asimétrico, que uno se desarrolle y otro no. “Eso dio origen a este caso, que es excepcional”, explica Pasqualini.

Cuando un embarazo se detiene y el otro sigue, el embrión que detuvo su crecimiento sale durante el parto pegado a la placenta. En el caso colombiano se multiplicó dentro del embrión, no hubo separación y quedó incorporado en su interior.

“En este caso -señala el especialista- a la beba la sacaron en la semana 40 porque su hermano seguía creciendo e iba a lastimarla”. El embrión más chico un crecimiento anormal, no armónico. El médico también afirmó que si la operación resultó exitosa, Itzamara no debería tener problemas durante su desarrollo. “Yo nunca super de un caso así, es excepcional, uno en un millón”, cierra Pasqualini.

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