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Dakar, 23 mar (EFE).- Economista, casado y padre de tres hijos, Amadou Ba, candidato a las elecciones presidenciales de Senegal del próximo domingo, representa el continuismo anhelado por la coalición gobernante, Benno Bokk Yaakaar (“Unidos por la Esperanza”, en lengua wolof), y el presidente saliente, Macky Sall.

“Ba no es un desconocido o un neófito, ni en la gestión de asuntos públicos ni en la política”, dice en su biografía Madiambal Diagne, periodista y una de las figuras más cercanas al candidato oficialista.

El aspirante, de 62 años, “no necesitará ni aprender a gobernar, ni cualquier tiempo de adaptación (…) Sin embargo, no puede dormirse en los laureles y debe buscar a cada elector si espera ser elegido”, añade Diagne.

Miembro del partido fundado por Sall en 2008, la Alianza por la República (APR), Ba fue nombrado primer ministro en septiembre de 2022 y relevado del cargo este mes de marzo, tras haber asumido las carteras de Economía y Finanzas, de 2013 a 2019, y Exteriores, hasta 2020.

El ex primer ministro se presenta como la encarnación de la unidad, la paz y la esperanza para Senegal.

Su programa es una visión prolongada de los dos mandatos de Sall, en el poder desde 2012, con el crecimiento económico y la creación de empleo como los ejes principales.

“Quiero ser presidente del empleo juvenil”, declaró Ba recientemente durante un acto político de campaña celebrado en Sédhiou (sur).

“El talento, las habilidades y el genio de los senegaleses son activos esenciales. Mi ambición es hacer de Senegal la locomotora de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao)”, aseveró.

Polémica interna y externa

Imagen de Archivo del candidato presidencial senegalés Amadou Ba (D) con el que fuera secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo (i).
 EFE/EPA/ALIOU MBAYE

Desde que fue designado el pasado 9 de septiembre como candidato, Ba se ha enfrentado a una serie de revueltas dentro de su propio partido, a pesar del llamamiento del presidente Sall a un frente común bajo la figura de su “delfín”.

Primero, fue el ministro de Agricultura, Aly Ngouille Ndiaye, quien anunció inmediatamente su dimisión del Gobierno y su concurrencia a las presidenciales como candidato independiente.

Después, el ex primer ministro Boune Abdallah Dionne, uno de los miembros fundadores de la APR, anunció también su postulación y su alejamiento de la campaña oficialista.

Por su parte, Mame Boye Diao, director general del Fondo de Depósitos y Consignaciones, una institución financiera pública considerada el brazo inversor del Estado, fue directamente despedido tras anunciar su aspiración a la Presidencia.

Sin embargo, Ba no sólo se enfrenta a polémicas en su propia formación.

Tras ver rechazada su candidatura por el Consejo Constitucional, Karim Wade, hijo del expresidente Abdoulaye Wade, acusó al ex primer ministro de estar detrás de su exclusión de la carrera presidencial y lo calificó de “especialista en golpes bajos”.

El apoyo de Wade, quien en los últimos tiempos parecía haber resuelto sus diferencias con la coalición gobernante, resultaba indispensable para Ba, ya que su formación, el Partido Democrático Senegalés (PDS), cuenta con una solida base cercana al medio millón de votos que el ex primer ministro debe seducir.

“(Ba) necesita absolutamente el apoyo del PDS para beneficiarse de nuestra fuerza si quiere lograr la victoria en primer término”, advirtió Wade en un comunicado el pasado miércoles, a sólo cuatro días de la votación.

Sin embargo, el candidato oficialista no contará finalmente con el líder del PDS, quien pidió este viernes el voto para el opositor Bassirou Diomaye Faye, principal adversario de Ba.

Eduardo S. Molano

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