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Bogotá, 18 jul (EFE).- Colombia, un país donde el mercurio es ampliamente utilizado en las extracciones ilegales de oro, busca frenar la contaminación de los ríos como consecuencia de esa práctica, que también afecta a la salud humana, y con ese fin se construyó una unidad de almacenamiento de ese metal.

En esa planta, situada en Bucaramanga, capital del departamento de Santander, en el noreste del país, se almacenará temporalmente el mercurio incautado por la autoridades o recuperado de las trazas de los relaves mineros para luego darle una correcta disposición final, según la Procuraduría General de la Nación, promotora de esta iniciativa.

Los peces están llegando contaminados a los colombianos, lo que hace que “casi todas las personas estén expuestas al mercurio”, dijo a EFE Luis Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, que promueve la conservación y uso sostenible de ecosistemas y especies acuáticas y terrestres.

Según Trujillo, el uso extendido del mercurio, único metal líquido del planeta, en la minería ilegal en Colombia “debería ser preocupación nacional”.

Este metal pesado, utilizado aún en muchos países para la fabricación de termómetros, bombillas de luz fluorescente e interruptores eléctricos, entre otros usos, es de alta toxicidad si un ser humano sufre una exposición alta a él.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este metal puede ser tóxico para los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, riñones y ojos, de forma que la contaminación con mercurio puede tener graves consecuencias para la salud.

Colombia prohibió el uso del mercurio en cualquier actividad en 2018, luego de firmar en 2013 el Convenio de Minamata para proteger la salud humana y el medioambiente de las emisiones y liberaciones de compuestos de este metal.

UNIDAD DE ALMACENAMIENTO

Para enfrentar la contaminación se construyó la primera unidad de almacenamiento de mercurio en Colombia y Latinoamérica, gracias a un convenio de cooperación entre la organización Pure Earth Colombia, el Departamento de Estado de EE.UU., la Procuraduría General y la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB).

Colombia es el tercer país del mundo “con mayor contaminación por mercurio, después de China e Indonesia, emitiendo aproximadamente 75 toneladas anuales del mineral al ambiente”, según la Procuraduría.

Según el coordinador del Grupo Elite Ambiental de la CDMB, Diego Barajas, la ubicación de la planta se escogió “por el mercurio detectado en el monitoreo en el río Suratá”, que cruza Santander y que se encuentra gravemente contaminado por este metal y por aguas residuales.

“Se detectó presencia de trazas de mercurio en fuentes hídricas por actividades que se están desarrollando en comunidades ilegales como la minería”, y por ello se instaló esta unidad en Bucaramanga, para almacenar todo el mercurio posible.

La planta tiene una capacidad de almacenamiento de 300 litros, aunque “sólo podrá llegar al 80 % de su capacidad (240 litros)”, explicó Barajas a EFE.

Posteriormente el metal líquido almacenado, que “es de alta toxicidad”, se enviará a Cali, capital del departamento del Valle del Cauca (suroeste), “que es la ciudad que tiene las unidades necesarias para el proceso final del mercurio”.

TECNOLOGÍA PARA UNA MINERÍA LIMPIA

Aunque esta unidad de almacenamiento es un primer paso para un manejo adecuado de este metal, en la Fundación Omacha apuestan por otra medida para “detener la fuente de liberación de mercurio de la minería”, que afecta a numerosos ríos del territorio colombiano.

Trujillo aboga por “transferir la tecnología” para que haya extracción de oro sin usar el mercurio, algo que se plantea difícil ya que “parece que a las grandes empresas de oro no les interesa aplicar la minería legal porque es más rentable sacar ilegalmente el oro para venderlo a un precio más barato”.

Además, el experto indica que sería necesario monitorear el mercurio existente en los peces y en los seres humanos en las zonas de Colombia donde hay mayor exposición a este metal líquido, como la Amazonía, Chocó y el Orinoco, donde el afán por explotar yacimientos de oro ha ocasionado la destrucción de miles de hectáreas de selva y la contaminación de ríos y otras fuentes de agua.

Álvaro Villaverde

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