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Nueva York, 19 sep (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó martes ante la Asamblea General de la ONU que el combate a la crisis climática exige una actuación más firme de los países ricos, que “son los más que contaminan” y los que “no cumplen” sus compromisos.

“Actuar contra el cambio climático también implica ayudar a los más pobres”, sostuvo Lula, quien urgió a la ONU a asumir que los países más desarrollados y los más pobres “tienen responsabilidades comunes, pero diferenciadas”, frente a la crisis climática.

Aseguró que “el Sur global es el más afectado” por ese fenómeno y, apoyado en datos de las propias Naciones Unidas, declaró que “el 10 % más rico del planeta” es responsable por más de la mitad de las emisiones contaminantes globales.

También en alusión a compromisos adoptados hace años por los países más desarrollados en el marco de las Naciones Unidas, afirmó que “la promesa de 100.000 millones de dólares” en ayudas a países más pobres para mitigar la crisis climática “sigue siendo solo una promesa”.

En el caso de Brasil, subrayó que, desde que asumió el poder el pasado 1 de enero, la deforestación en la Amazonía ha caído en forma drástica y que se han recuperado los sistemas de fiscalización y vigilancia de ese bioma, virtualmente abandonados durante la gestión de su antecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Del mismo modo, denunció que, frente a esa creciente amenazas, las “bases de una nueva gobernanza económica y ambiental aún no fueron lanzadas”, y que, por el contrario, “el proteccionismo ha ganado fuerza” en los países más desarrollados, lo cual también juega en contra de las naciones más pobres.

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